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EL CAMBIO.

 

Previo, una pequeña introducción.
En una tienda, » … por favor, tiene cambio de este billete… «.
En un partido de baloncesto,  el preparador se dirige a la mesa y solicita un cambio.
En una conversación entre dos personas, «… como no haga un cambio…».
En una reparación,  » … hay que cambiar la pieza, hay que poner un recambio…».
En el hogar, antes de salir de nuestro domicilio, » … un momento que me cambio… «.
Entre dos personas . «… Ya le he hecho el cambio … «. ( Cambiazo, diría yo).
¿ Qué es lo que necesitamos en nuestro país ?
El cambio, el recambio, el cambio en reflexivo o el cambiazo.
EL CAMBIO.
El cambio suena bien, siempre y cuando sepamos que es lo que hay que cambiar.
Lo peor en un cambio, es acabar diciendo aquello de «Madrecita, madrecita … que me quede como estaba … «.
Muchas veces acabamos reconociendo lo de » cualquier tiempo pasado fue mejor… » .
EL RECAMBIO.
El recambio suena a más de lo mismo, a  reiteración.
» Le vuelvo a poner otra pieza nueva pero idéntica, es un clon del Sr. … «.
No por favor, tampoco.
EL CAMBIO ( EN REFLEXIVO – me cambio- ).
Creo que en la utilización del reflexivo no conseguiremos nada.
Como nos diga alguno …» Un momento que me cambio… «.
No, por favor,  está mejor sin cambiarse,  ¡ váyase !
EL CAMBIAZO.
El cambiazo suena a peyorativo.
Suena a trilero. ¡ Mejor no !
Cuando por un cambio nos dan o entregamos dinero, es una compra-venta.
» Cambio mi piso por dinero «.
» O mi dinero por un piso «. ¡ Uf !
» Pues que quiere que le diga, … no haga eso ahora, forastero «, que dirían en el oeste.
Coja el piso, si quiere, pero no dé dinero a cambio, que se lo cambien por un préstamo.
El resto de transacciones en las que no interviene el dinero son simplemente un trueque. ¡ Vaya !
¿ Qué diferencia hay entre una compra-venta y un trueque ? La ausencia de impuestos. ¿ Sólo eso ?
El reconocimiento del valor existe igual, hay que traducirlo, en vez de valor monetario a valor mercancía.
Un huevo, que ya es mucho, es igual a un pimiento. Dos huevos,  igual a tres nabos. Y sin impuestos. ¡ Que buenos estos cambios !
Por cambiar a un político, al no  existir transacción económica demostrada, no hay que pagar impuestos.
Es un aliciente.
Es verdad, es un trueque que no un truco, no juguemos con las palabras. Infinitivo trocar, que no trucar.
Pero queda muy mal decir, vamos a trocar a los políticos. Alguno hasta se emocionaría, pensaría que le han ascendido a la troika.
Es que al final todo suena igual y se presta a equívoco.
No me extraña que algunos se confundan.
La noche tiene eso, » me confunde… «, que decía aquel, y del día no te digo nada, el día les aturde.
Entonces,  ¿ que hacemos…?
Fdo. Eduardo Aznar Berruezo.

MERCADO INMOBILIARIO. SE ROMPIÓ EL » ÓPTIMO DE PARETO «.

Remitámonos al artículo anterior publicado en el blog, sobre:
QUIMERA INMOBILIARIA, EL OLIMPO DE LOS DIOSES.
 
Decíamos al final que «todos los agentes, todas las figuras, estaban en un oasis, en un remanso de paz y alegría».
Eso lo asimilamos a un Óptimo de Pareto.
Transcribo definición.
«En análisis económico se denomina óptimo de Pareto a aquel punto de equilibrio en el que ninguno de los agentes afectados puede mejorar su situación sin reducir el bienestar de cualquier otro agente. Por lo tanto, si un individuo que forme parte del sistema de distribuciónproducción y consumo puede mejorar su situación sin perjudicar a otro nos encontraremos en situaciones no óptimas en el sentido paretiano. «
» Una vez que se llega a ese punto en el cual para aumentar la ganancia de uno, el otro debe perder, se ha alcanzado el óptimo paretiano; mientras no pase esto, la sociedad todavía puede aumentar su bienestar. Lo más relevante de su planteamiento es haber intentado buscar una función de bienestar social exenta de juicios de valor, que si bien es algo ilusoria, hasta hoy es desarrollada en la economía del bienestar
En resumen, es aquello, de que » buen negocio es aquel que beneficia a todas las partes «.
O dicho de otra forma » o jugamos todos o se rompe la baraja «.
Por tanto, por una razón o por otra, dejó de ser un buen negocio para alguien y se quebró el óptimo de Pareto.
Alguien rompió la baraja.
Una nueva situación, un nuevo punto, en el cual cuando alguien ha mejorado, no lo ha hecho el resto de la misma forma.
Si estabamos en un Óptimo de Pareto, ¿ por qué se rompió ?
Fdo. Juan Luis Domínguez.
        Doctor en Económicas. 
        Profesor Universidad de Barcelona.
 
Fdo. Eduardo Aznar Berruezo.
        Doctor en Económicas. 
        Servicios Financieros e Inmobiliarios.